Ramón
Amaya Amador, nacido en Olanchito, Yoro, el 29 de abril de 1916, es uno de los
más influyentes literatos de nuestro país. Sus libros especialmente “Prisión
Verde”, “Amanecer”, “Los Brujos de Ilamatepeque”, “Constructores”, “Destacamento Rojo” son referenciales, tanto
por las valiosas descripciones, como por el realismo que para tales fines, se
impuso el novelista Amaya Amador, como modelo central de su visión estética de
la literatura y de la conducta de un escritor.
Trabajador
incansable pero atravesando una situación de pobreza compartida con muchos
otros de sus contemporáneos, viajó a La Ceiba en donde cursó su primer año de secundaria
en el Manuel Bonilla,Pero tuvo allí en La Ceiba, cuyo brillo cultural
deslumbraba frente a los fogones apagados de Olanchito, para entonces, la
oportunidad de aprender los rudimentos del periodismo desde abajo recolección de los datos,
redacción de las notas, levantamiento de los textos e impresión final del
periódico, se acercó a la literatura soviética, brasileña y estadounidense que
eran de curso legal entre los escritores ceibeños de entonces.
Desafortunadamente,
también lo atrajo la vida bohemia, en razón de lo cual, su madre preocupada por
el riesgo que se descarriase su hijo y terminara “arruinado”, en brazos del
alcohol, viajo a La Ceiba y consiguió que Ramón, ya con el bigote poblado de
negro, regresara a Olanchito ahí es donde el empezó su carrera literaria y
periodística que lo llevaría, desde su ciudad natal, hasta ciudad Guatemala,
Córdova, Argentina, Tegucigalpa y Praga, Checoeslovaquia en donde murió en un
accidente aéreo en Vratislava, el 24 de noviembre de 1966, con apenas 50 años
de edad.
Ramón Amaya Amador fue hijo de una madre
soltera, Isabel Amaya, hija de Felipa Amaya, de oficio panadera y del sacerdote
Guillermo R. Amador, originario de Comayagua.
En
1941 comenzó una etapa como periodista, empleándose en el periódico El
Atlántico de La Ceiba. Comenzó como redactor, escalando rápidamente hasta
llegar a ser editor periodístico. En octubre de 1943 fundó una revista
semanaria en la ciudad de Olanchito, llamada Alerta.
En
1944, escapando de persecución política, huyó buscando exilio en Guatemala,
país que lo acoge por los siguientes diez años. Trabajó en el periódico Nuestro
Diario y prestó colaboración en El Popular Progresista, Mediodía y Diario de
Centroamérica. Tras el derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz, buscó asilo
en la embajada de Argentina para posteriormente migrar hacia este país, donde se
radicó en la ciudad de Córdoba y trabajó para la editorial Sarmiento, es en
esta ciudad donde conoció a Regina Arminda Fúnez con quien se casaría el 19 de
enero de 1957.
En
mayo de 1957 regresó a Honduras, donde comenzó a trabajar para el periódico El
Cronista y fundó la revista Vistazo en Tegucigalpa. En
abril de 1959 abandona de nuevo el país junto con su esposa y Aixa Ixchel y Carlos Raúl, radicándose en
Checoslovaquia. Tomó residencia en la ciudad de Praga, donde trabajó para una
revista llamada "Problems of Peace and Socialism' donde el falleció en 1966.
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